Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el gobierno federal, a través de la Conagua y la Secretaría de Agricultura (Sader), apoyará a los estados más afectados por la sequía, enfocando los esfuerzos principalmente en el riego agrícola, que consume alrededor del 76% del agua dulce del país.
El objetivo es tecnificar el campo, sustituyendo los canales tradicionales por sistemas de riego más eficientes como el de aspersión o goteo. La medida busca liberar agua potable para otros usos vitales.
Sin embargo, el anuncio llega en medio de una crisis que afecta a casi 600 municipios y amenaza la producción agrícola, la seguridad alimentaria y la estabilidad de comunidades rurales.
El reto no es solo técnico: urge una estrategia nacional de adaptación al cambio climático, con participación ciudadana, inversión efectiva y vigilancia en la implementación.
Chihuahua, Sonora y Sinaloa enfrentan los grados más extremos de esta sequía.