Gestos simples como visitas o llamadas pueden marcar la diferencia, reforzando la importancia de la inclusión y el acceso a servicios de salud mental en estas fechas.
La Navidad, una época tradicionalmente asociada con la alegría y las celebraciones, representa un momento particularmente difícil para muchos adultos mayores. En medio de las festividades, la soledad y el aislamiento social pueden intensificarse, afectando negativamente su bienestar emocional.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social. Sin embargo, la realidad es que millones de personas mayores a nivel mundial enfrentan problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad y la soledad. De acuerdo con datos de la OMS, se estima que aproximadamente 280 millones de personas sufren de depresión a nivel global. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta que alrededor de 35 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo.
La soledad es uno de los problemas más graves que afectan a los adultos mayores, especialmente durante las festividades navideñas. La falta de interacción social y el aislamiento, fenómenos que suelen agudizarse en estas fechas, generan en muchos de ellos sentimientos de tristeza, ansiedad y depresión. Ante esta realidad, es crucial no olvidar a las personas mayores durante la Navidad. Incluirlas en nuestras celebraciones y ofrecerles apoyo emocional puede tener un impacto significativo en su bienestar. Recuerde que un sencillo gesto, como una visita o una llamada telefónica, puede marcar una diferencia considerable en la vida de un adulto mayor.
En este sentido, es esencial que estos adultos tengan acceso a los servicios de salud mental que requieren para enfrentar sus dificultades. La Navidad debe ser una época de inclusión, apoyo y conexión, especialmente para quienes más lo necesitan.