#Opinión Dr. Arturo Argente Villarreal
- Pocas veces se le da reconocimiento a los mexicanos que viven en los Estados Unidos, y es en tiempos de esta cruel pandemia, que han evitado con sus remesas la caída económica de nuestro país.
Actualmente hay 37 millones de mexicanos en Estados Unidos, 25 millones de ellos han nacido en ese país y son un grupo de la población que no cuentan con el apoyo de un gobierno que atienda sus derechos o intereses; es decir, se encuentran en total abandono. La postura que han adoptado todos los gobiernos mexicanos hacia los migrantes es vista como un problema menos.
Este año, el tipo de cambio se ha sostenido gracias a las remesas que los migrantes envían a sus familiares a México. En el último informe, el gobierno mexicano festejó este envío como si se desprendiera de algún programa gubernamental o si se tratara de algún tipo de inversión extranjera directa que pudiera crear empleos. Desde Vicente Fox al actual presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha celebrado esta entrada de dólares americanos al país y se puede traducir de la siguiente manera. El número de migrantes mexicanos en Estados Unidos prácticamente no ha crecido desde 2005 y de hecho desde el 2015 han venido decreciendo y de acuerdo a cifras del INEGI, 1.6 millones de hogares mexicanos se ven beneficiados con el recibo de remesas. Según el Banco de México, el flujo de 12 meses de las remesas registró 38, 515.6 millones de dólares americanos de agosto del 2019 a Julio del 2020, siendo un máximo histórico, y que, a pesar de las proyecciones contrarias, las remesas siguen con su tendencia creciente. Sólo en el mes de Julio de este año se recibieron remesas por 3,532 millones de dólares americanos, que representa un incremento del 7.2% en comparación con el mismo mes del año pasado. Este ingreso supera a los ingresos del turismo y petróleo.
Estas remesas son los salarios que mexicanos han generado en la adversidad de otro país y, a pesar de que la presente administración ha celebrado estos envíos con júbilo, nuestro gobierno no ha sido capaz de ofrecerles oportunidades de desarrollo a millones de mexicanos que tienen que jugarse la vida y cruzar la frontera para buscar una nueva opción de vida.
El 80% de los migrantes, tienen más de 5 años viviendo en Estados Unidos, y es cierto que no se puede responsabilizar de esta situación al actual gobierno, pero lo que sí se debe cuestionar es que si celebran este hecho porque no se ha hecho algo por ellos o por sus familias en México. La respuesta es muy simple, porque durante décadas los gobiernos mexicanos no han tenido la capacidad o el interés de hacer algo por este grupo social que sufre las repercusiones de un ineficiente desarrollo económico que históricamente se ha dado en nuestra nación.
Es necesario que la actual administración reconozca y apoye a este grupo de mexicanos que ha tenido que huir de este país para buscar una nueva oportunidad de vida y se deben de crear programas sociales para apoyarlos en todos los sacrificios que enfrentan para generar esos recursos.
Sin duda, el drama de los migrantes es algo que hay que analizar y reconocer con mayor cuidado porque hay dolor y miedo atrás de las remesas que salvan la caída de la economía mexicana.
Sólo nos queda agradecerles por la gran aportación que hacen a nuestro país.
