#Opinión
En 2021 las remesas en México fueron de mas de 51 millones de dólares, lo que represento un aumento del casi 30% con respecto al año anterior, fenómeno que ha agradecido el Presidente Andrés Manuel López Obrador quien las califico como una “bendición” y se espera continue creciendo en un 14% para este 2022, debido a la débil recuperación económica que ha tenido México.
No podemos olvidar que el origen de dicha bendición surge de la mano del trabajador migrante que busco mejores oportunidades para él y su familia, según datos del INEGI, entre 2015 y 2020, más de 800 mil personas salieron de México para ir a vivir a otros países.
México se ha convertido en el principal expulsor de migrantes en el año fiscal 2021, entre octubre de 2020 y septiembre de 2021 cerca de 608.000 mexicanos fueron detenidos por autoridades fronterizas de Estados Unidos, según datos del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) datos que preocupan, porque pueden devenir a ser tragedias como la ocurrida en San Antonio, Texas donde 51 migrantes murieron asfixiados, 27 de ellos mexicanos.
Fenómeno que seguiremos viendo, sobre todo si tomamos en cuentas los recientes datos que arrojo el INEGI en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, donde se mostro que hay cerca de 2 millones de mexicanos sin empleo principalmente personas entre los 25 y 44 años de edad (1.1 millones de hombres y 900 mil mujeres), que de abril a mayo de este año se perdieron 600 mil empleos y que la informalidad ha crecido en ese mismo periodo.
Según la Coparmex, una de las preocupaciones es el empleo entre la población joven, es decir personas entre 15 y 29 años, en el primer trimestre 2022, el 40.6 por ciento de los jóvenes ocupados trabajan en la formalidad, a diferencia de la población ocupada general en donde la formalidad representa el 44.8%. Es decir, la formalidad entre jóvenes es menos común que para la población en general.
Problemas que se han complicado por varias situaciones críticas como lo es la elevada inflación, la inestabilidad financiera y la interrupción de las cadenas de suministro mundial, secuelas de la Pandemia Covid-19 y el conflicto reciente entre Rusia y Ucrania.
