Mientras esperaban, niños y adultos se entretuvieron cantando, riendo y jugando.
Ian Arriaga
El día 06 de diciembre, Toluca se vistió de espíritu navideño con la llegada de la esperada Caravana Coca-Cola, un evento que reunió a cientos de familias en un ambiente de fiesta y tradición.
Desde las 3 de la tarde, las calles comenzaron a llenarse de vida con la vendimia de gorros navideños, patitos decorados, bancos, comida y dulces. La atmósfera festiva se intensificó a partir de las 5, cuando las personas comenzaron a congregarse en torno a las vallas de seguridad para asegurar un buen lugar y disfrutar del espectáculo. Mientras esperaban, niños y adultos se entretuvieron cantando, riendo y jugando, incluso intentando atrapar el algodón de azúcar que volaba desde las máquinas cercanas.
Alrededor de las 19:30 horas, las autoridades iniciaron el cierre de calles y solicitaron al público mantenerse detrás de las barreras de seguridad. Finalmente, a las 20:00 horas, la caravana comenzó su recorrido desde el cruce de Vicente Guerrero con Morelos hasta Fidel Velázquez, un trayecto lleno de luces, música y entusiasmo colectivo.
La Caravana Coca-Cola presentó una serie de carros alegóricos iluminados y automatizados que captaron la atención de los asistentes. Grandes grupos de bailarines temáticos animaron a los espectadores a participar y corear junto con ellos. Además, la caravana incluyó cuatro globos gigantes en forma de dirigibles, dos con el logo de Coca-Cola, uno del emblemático oso polar y otro de una botella de la marca.
Entre los momentos más destacados estuvo la aparición de las botargas de los osos polares de Coca-Cola, íconos publicitarios desde 1993 gracias al anuncio “Northern Lights”. Estos adorables personajes evocaron nostalgia y cariño entre los asistentes, especialmente entre quienes crecieron viendo sus comerciales. El gran cierre fue protagonizado por un enorme carro iluminado que transportaba a Santa Claus, quien saludaba y enviaba abrazos a todos, especialmente a los niños, que no ocultaron su emoción.
Tras el paso de la caravana, los asistentes disfrutaron de un cierre especial con la presencia de varios camiones de bomberos que complementaron el desfile, saludando a los espectadores desde sus vehículos. Aunque el reloj marcaba las 22:00 horas, muchas familias continuaron disfrutando de la noche, paseando por el centro o cenando juntos.
La comunidad coincidió en que esta edición de la Caravana Coca-Cola superó la del año pasado, calificándola como un evento inolvidable que vale la pena repetir. Una noche llena de magia, alegría y el inconfundible espíritu navideño que caracteriza a esta tradición.
