#OpiniónYAnálisis Por #RicardoJoya
El ejercicio de gobierno y del liderazgo -en cualquier ámbito- enfrenta circunstancias permanentemente cambiantes y crecientes demandas sociales, más complejas. Esa condición se acentuó desde que en la sociedad tenemos oportunidad de acceder a la información y manifestar nuestras preocupaciones, inquietudes, y exigir respuesta a problemas específicos. Las redes socio-digitales han contribuido a ese proceso de expresión-demanda.
Por ello, como lo advierte Moisés Naim en su libro El fin del poder: “A los actores tradicionales les costará cada vez más tener el poder al que aspiran o incluso el que siempre han tenido. Y, aunque pueda parece inequívocamente positivo que los poderosos sean menos poderosos que antes (…) su degradación puede también crear inestabilidad, desorden y parálisis ante problemas complejos”.
Ante el proceso electoral que iniciará formalmente en el Estado de México en 2023, vale la pena reflexionar sobre la manera de los tres órdenes de gobierno para resolver -o no- los problemas que se viven en el día a día de la población.
Por sí mismas, las autoridades gubernamentales aplican políticas públicas para atender las demandas de la sociedad, pero no necesariamente son las más efectivas ni provocan una percepción positiva de los liderazgos, porque toda decisión tiene impactos.
Ricardo Uvalle, investigador de la UNAM lo explica: “Cuando se gobierna es inevitable la adopción de decisiones y acciones que causan impacto desfavorable en la vida comunitaria; pero lo importante en la visión del arte de gobernar consiste en la adopción de medidas que impidan en un plano desigual, que al ganar unos y perder beneficios otros, no se acentúen las diferencias ni desigualdades entre las personas y los grupos”.
Y añade que “saber amortiguar desventajas, aminorar conflictos y evitar que se rompa la regularidad de la vida comunitaria, es tarea esencial en el modo de gobernar”. Calcular el momento oportuno y definir la manera de aplicar la decisión o la política pública es “la prueba de fuego” de la clase gobernante, porque existen grupos sociales más activos, informados y contestatarios.
A partir de esas respuestas, en los siguientes meses la ciudadanía mexiquense hará una “evaluación” de lo que hacen o dejan de hacer quienes gobiernan en los tres órdenes: municipal, estatal y federal, y ello será determinantemente en la decisión que se tome el domingo 4 de junio de 2023, para elegir gobernadora o gobernador.
El problema es que algunos liderazgos políticos se han olvidado de la población y cierran los ojos a sus demandas, al colocarse en un pedestal creado con sus granjas de bots y trolls en redes socio-digitales y pierden de vista que un like no es sinónimo de respaldo.
PERCEPCIÓN
Aún no se puede hablar de “candidatas” o “candidatos” en los partidos políticos, porque nadie ostenta formalmente esa condición.
Profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.
Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC