#OpiniónYAnálisis por #OscarGlenn
Oscar Glenn
Ahora que se tratar de frenar la apología del crimen en algunos géneros musicales que se interpretan en eventos masivos, si en el cine y las plataformas de streamming hay clasificación de contenido y leyendas sanitarias, ¿podría entonces en los conciertos presentar clasificación de música y además de leyendas sanitarias, inserciones con promos de los efectos del crimen en las comunidades, la cantidad de muertos y desaparecidos, así como imágenes y testimonios de las víctimas y sus familiares, cada 30 minutos de concierto?? Para que no se alteren los políticamente correctos ante las prohibiciones.
Si argumentan que los corridos hace mucho tiempo relataban esas historias que retrataban la realidad del momento, podría discutirse la crudeza, el alcance de su momento o hasta el término apología y la diferencia entre una descripción detallada y y un relato de exaltación con cargas de glamour y heroísmo que se vuelven propaganda con posibles efectos de idolatría y hasta trazo de un modelo tergiversado de comportamiento.
Si también se argumenta en años previos los corridos se propagaron, como reflejo de la realidad, eso no quiere decir que la permisividad o la indolencia sobre su efecto haya sido correcto, ni que al ver sus efectos y popularidad no se pueda y se deba cambiar, re evaluar si hace falta poner límites combatir la normalización, la glorificación, que llega a flexibilizar la percepción y sensibilidad sobre los efectos dañinos de este problema. Claro debe quedar también que no se puede pensar que una promoción es la panacea ante el problema, sino una acción articulada con otras más para reducir los espacio al delito y su normalización.
¿Acaso no nos quejamos de los tristes efectos de la idea de “abrazos no balazos” y los derechos humanos de los narcotraficantes, que alguna vez se lanzó como argumento de la escacés o nulidad de la fuerza del Estado contra el crimen??
Pedir ahora que no se entre al tema y no se analice la idea de censura ¿no sería algo incoherente??
Ojalá que de la polémica se incentive la reflexión pública y privada que nos lleve a mejorar como sociedad nuestra capacidad de reacción.
