A mediados de 2016 ya había ocurrido una situación similar en la misma pirámide
Hace apenas unos días, una pirámide de la zona arqueológica de Ihuatzio sufrió de daños graves producto de las fuertes lluvias que han caído en diferentes regiones del estado de Michoacán; prácticamente la totalidad de uno de los costados de la pirámide quedó en ruinas.
La restauración, según el director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Michoacán, Marco Antonio Rodríguez, tentativamente costará unos 3.5 millones de pesos, pues requiere de muchísimo trabajo; primeramente, habrá que hacer la limpieza, desmontar todo y prácticamente volver a colocar pieza por pieza, como si se estuviese erigiendo este edificio por primera vez.
Por si fuera poco, a mediados de 2016 ya había ocurrido una situación similar en la misma pirámide.
En su momento se realizó un trabajo de restauración que, según Marco Antonio, no fue tan efectivo, pues el recurso no fue suficiente para lograr el resultado esperado, y los materiales que se utilizaron no fueron precisamente los más adecuados para una restauración de este tipo. Esto significó un deterioro más notorio y más rápido en la estructura, que ahora terminó de colapsar con las lluvias.
Por esto, el director consideró que en la entidad hace falta generar mayor consciencia sobre la prevención de riesgos en los edificios históricos con los que se cuenta. Señala que no solamente se trata de contar con mayores fondos, sino de tener una mejor planeación.
“Desde luego el recurso es un asunto importante, pero no es solo dinero; yo creo que sí nos hace falta en Michoacán cultivar una cultura de la prevención y en este sentido, creo que sí ha hecho mucha falta que los responsables de custodiar los bienes formulen de manera muy precisa planes de mantenimiento, planes de mejora, que nos permitan tener los edificios en buenas condiciones”, señaló.
Antonio Rodríguez dijo que hacen falta proyectos orientados hacia la preservación en Michoacán, pues es su ausencia la que no permite que en el INAH exista tranquilidad con respecto a los edificios históricos del estado.