Atotonilco de Tula, Hidalgo.- Será hasta 2018 cuando se concluyan los trabajos del Túnel Emisor Oriente (TEO), el cual permitirá que la planta de tratamiento de aguas residuales construida en Atotonilco de Tula pueda trabajar al 100 por ciento para limpiar 35 mil litros por segundo.
De acuerdo con el reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la megaobra tiene un avance de 60 por ciento y consiste en la construcción del ducto que llevará las aguas residuales del Distrito Federal hasta la planta de tratamiento.
Durante este año se aplicaron recursos del orden de los 3 mil 240 millones, mismos que servirán para el avance en la colocación de las grandes moles de cemento.
El proceso de limpieza del caudal utilizará dos mecanismos que permitirán enviar las aguas residuales a 700 mil hectáreas del Valle del Mezquital durante los próximos cincuenta años, según el proyecto.
Esta obra programada tiene un financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo de México, que aportó 9 mil 389 millones de pesos mexicanos, mientras que el resto del costo ha sido cubierto por los socios del consorcio y 31 puntos porcentuales a través de créditos bancarios comerciales.
Algunos de los beneficios inmediatos que provocarán las aguas blancas serán la rotación de los cultivos hacia otros productos de mayor rentabilidad; así como el saneamiento de miles de hectáreas y la salud de al menos 300 mil habitantes, expuestos de manera directa a las aguas residuales cargadas de metales pesados y demás sustancias de alto grado de toxicidad.
De acuerdo con el expediente técnico, la planta ya se encuentra en etapa de pruebas y sólo tendrá que esperar los grandes caudales a partir de la conclusión del túnel emisor, que se encuentra con dos frentes de trabajo, uno de ellos en el Estado de México y otro en Hidalgo.
Los trabajos se reanudaron luego que fuera levantada la clausura aplicada por el gobierno municipal de Atotonilco de Tula, que buscaba el pago de permisos millonarios, que según la administración habían omitido desde el inicio de los trabajos en 2009.
Por Daniel Martínez Martínez