A través del Juzgado Cívico, el municipio busca fortalecer la cultura del diálogo y recordar a la población que puede resolver conflictos vecinales, familiares o de tránsito sin recurrir a instancias judiciales
Berenice León
Con el propósito de fortalecer la convivencia social y prevenir conflictos, el Gobierno de Atlacomulco refuerza la difusión del Juzgado Cívico, una instancia legal que desde hace un año ofrece a la ciudadanía la posibilidad de resolver desacuerdos de manera pacífica, mediante el diálogo y la conciliación.
A través de los Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, las y los habitantes pueden acceder a espacios de mediación donde las partes involucradas buscan llegar a acuerdos comunes, sin necesidad de procedimientos judiciales. El objetivo es mantener el orden público y mejorar la convivencia entre vecinos y familias.
Autoridades municipales recordaron que el Juzgado Cívico representa una nueva forma de impartir justicia local, basada en la voluntad, el respeto y la comunicación, lo que permite dar solución rápida y equitativa a conflictos cotidianos que, de no atenderse, podrían escalar a mayores tensiones.
El servicio se otorga dentro de las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública donde se brinda atención en temas vecinales, familiares o derivados de hechos de tránsito.
De acuerdo con autoridades municipales, gran parte de los reportes que recibe la policía local están relacionados con desacuerdos vecinales o problemas menores que podrían resolverse con diálogo.
En los últimos años, los conflictos por límites de propiedad, ruido o convivencia familiar se han convertido en causas frecuentes de denuncias ciudadanas, lo que hace necesaria una vía alterna de solución.
El Juzgado Cívico opera bajo los Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, mediante los cuales las partes involucradas pueden acudir a sesiones de mediación para alcanzar acuerdos comunes, con el acompañamiento de autoridades locales. Su objetivo es mantener el orden público, prevenir enfrentamientos y fortalecer la convivencia en las comunidades.
Este modelo de justicia cívica, implementado en varios municipios del Estado de México, se ha convertido en una herramienta clave para despresurizar conflictos cotidianos que antes terminaban en denuncias o procesos administrativos prolongados.