Negocios combinan creatividad en sabores y presentaciones con estrategias de venta anticipada para satisfacer la demanda y atraer a más clientes antes del 2 de noviembre
Berenice León
Con la llegada de octubre, las panaderías de Atlacomulco y la región inician la venta del tradicional pan de muerto, producto emblemático de la temporada de Día de Muertos.
Este año, además de mantener las recetas clásicas, los negocios linnovan con nuevas presentaciones y sabores, con el objetivo de atraer tanto a clientes habituales como a quienes buscan experiencias distintas.
Algunas panaderías han incorporado rellenos de chocolate, crema de vainilla o frutas, así como formas originales como calaveritas, esqueletos o mini altares comestibles.
“Buscamos que nuestros clientes disfruten del sabor tradicional, pero también se sorprendan con presentaciones que hagan más especial la temporada”, explicó Ana Torres, propietaria de una panadería familiar con más de 30 años de experiencia.
La temporada representa además un momento importante para la economía local, ya que muchas panaderías obtienen hasta el 40% de sus ingresos anuales durante este periodo.Por ello, implementan estrategias como pedidos anticipados, entregas a domicilio y empaques temáticos, adaptándose a las nuevas demandas del mercado y aprovechando la cercanía del 2 de noviembre.
El aroma del pan recién horneado y la variedad de opciones disponibles recuerdan a la población que la tradición del pan de muerto se mantiene vigente y se renueva cada año, combinando historia, cultura y creatividad empresarial.
En sabores y presentaciones de temporada el pan tradicional sin relleno, con decoración clásica de huesitos y azúcar, se puede encontrar con un precio promedio de $10, $15, $20 y $30 pesos.
Rellenos de chocolate o vainilla, disponibles en formas pequeñas o medianas oscilan entre $40 a $55 pesos.
Formas especiales como calaveritas, esqueletos, y mini altares comestibles, entre $50 a $80 pesos.
Y ediciones limitadas y combinadas, como packs familiares o panes grandes para ofrenda, entre $90 y $150 pesos.