El rapero cerró su presentación con una fusión de Not Like Us y TV Off, la primera de ellas una referencia a su rivalidad con el canadiense Drake.
Ian Arriaga
El Super Bowl LIX contó con un espectáculo de medio tiempo encabezado por el rapero Kendrick Lamar, quien se presentó en el Caesars Superdome de Nueva Orleans para interpretar algunos de sus mayores éxitos.
El ganador de 22 premios Grammy deleitó a la audiencia con temas como Be Humble, Peekaboo y Not Like Us, canción con la que ha generado gran impacto en la industria musical. A su presentación se sumaron invitados especiales como el actor Samuel L. Jackson, la cantante SZA y la extenista Serena Williams, quienes aportaron momentos memorables al show.
A pesar de la gran expectativa, la actuación de Lamar generó opiniones divididas en redes sociales. Muchos seguidores del rapero disfrutaron del espectáculo, destacando su estilo único y la fuerza de sus letras.
Sin embargo, otros lo calificaron como “aburrido” y lo compararon negativamente con ediciones anteriores del Super Bowl. Usuarios como Alberto RS comentaron que “lo mejor fue cuando se acabó”, mientras que Mantonio Gonzalezorz lo describió como “el peor de la historia, sin emoción ni impacto”.
El rapero cerró su presentación con una fusión de Not Like Us y TV Off, la primera de ellas una referencia a su rivalidad con el canadiense Drake. A pesar de la controversia, algunos seguidores defendieron el espectáculo, argumentando que la elección de Lamar respondía a los gustos de la audiencia estadounidense y que sigue siendo uno de los artistas más influyentes de su generación.
Con su reciente éxito en los Grammy, donde obtuvo cinco premios adicionales, Kendrick Lamar reafirma su posición en la música, aunque su Super Bowl seguirá siendo tema de debate.