A casi nueve meses de registrarse la vandalización de la pirámide de Huapalcalco, así como parte de los vestigios arqueológicos en dicha localidad del municipio Tulancingo, no se conoce ningún avance en la investigación respectiva.
Tulancingo de Bravo, Hidalgo.- Montserrat Barragán, presidenta de la Asociación Civil “Niebla y Tiempo”, consideró que la falta de comunicación sobre los avances de la investigación, es muestra que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no tiene interés en la protección del patrimonio de la Zona de Monumentos Arqueológicos.
Alejandro Aldana Barragán, integrante de la misma organización, agregó que se ha insistido a la institución federal para que dé a conocer resultados de la investigación, pero no ha existido respuesta hasta el momento.
El 23 de diciembre del año pasado, en la pirámide se detectó que en la base de la pirámide de Huapalcalco se había grafiteado un mensaje, aparentemente con aerosol.
Además del texto, que decía “Fuera Osvaldo”, en una piedra que es parte del patrimonio arqueológico de la zona, fue pintado un asterisco, al parecer también con pintura en aerosol.
Apenas unos meses antes, el 5 de junio del mismo año 2023, Huapalcalco fue declarado como Zona de Monumentos Arqueológicos, por Decreto Presidencial.
Pero hasta la fecha, con todo y la vandalización de parte de los monumentos arqueológicos, no existe ningún tipo de protección o resguardo físico adecuado.
Montserrat Barragán urgió al INAH que ofrezca datos sobre los avances de la investigación, además de concretar trabajos y obras para proteger y resguardar adecuadamente la Zona de Monumentos Arqueológicos.
Por su parte Aldana Barragán señaló que es necesario que la institución federal asuma su responsabilidad para proteger y preservar el patrimonio cultural, en este caso, de Tulancingo.
“Tal parece que la declaratoria fue nada más simbólica, pues no existe ninguna medida de protección, preservación y difusión del patrimonio en este caso de Tulancingo”, enfatizó.
Ambos recordaron que es la primera vez en la historia de México que se obtiene una Declaratoria de Zona de Monumentos Arqueológicos a partir de una solicitud y gestión ciudadana.