Dos años después, el desastre sigue: contaminación avanza, comunidades en crisis y riesgo de explosión
Berenice León:
A dos años del derrame de un ducto de Pemex en el Manantial de Mexicaltongo, ubicado en San Miguel de la Victoria, 7ª Manzana en Jilotepec; la contaminación no solo persiste, sino que ha avanzado hasta 30 kilómetros a la redonda, afectando a más de 6 mil familias de esta localidad, y de las comunidades de Zaragoza, La Goleta, San Agustín y Colorado en Soyaniquilpan.
La contaminación se ha extendido del poniente de Jilotepec al oriente de Soyaniquilpan, comprometiendo a los manantiales del Tepozán y San Mateo que son fuentes de agua clave para Soyaniquilpan, y que acotan pobladores han sido severamente afectados, contaminando el agua utilizada por las comunidades para consumo doméstico agrícola y ganadero. Pozos que dependían del manantial de Mexicaltongo ahora están inservibles, lo que ha provocado una crisis hídrica sin precedentes en esta región.
En Soyaniquilpan, los habitantes claman por agua, ya que sus pozos están contaminados. Para abastecerse, dependen de pipas gestionadas al municipio, un recurso insuficiente para cubrir las necesidades básicas de miles de familias.
” Ya no tenemos agua potable, lamentablemente durante muchos años va a ser muy difícil que esa agua llegue a tener el saneamiento del manto acuífero; mientras tanto ya llevamos más de 2 años sin agua potable”.
” La única solución para todos aquí sería la perforación de un nuevo pozo de agua que nos diera el suficiente suministro para todas las comunidades, o en su defecto si así lo consideran las autoridades el tratamiento del agua contaminada con una planta potabilizadora “.
El 31 de diciembre de 2022, se registró un incendio en el Manantial de Mexicaltongo, hoy conocido como la “Zona Cero”, provocado por una fuga de combustible. A pesar de la evidencia, Pemex se ha deslindado de toda responsabilidad, negando que se trate de una fuga en sus ductos.
En enero de 2023, la empresa paraestatal reiteró su postura y negó que el derrame proviniera de una de sus tomas. Sin embargo, desde esa fecha y hasta ahora, se han estado extrayendo 30 litros diarios de diésel del sitio, lo que incrementa hasta 5 mil litros en temporada de lluvias, sin que esto esté sirviendo para frenar la contaminación.
Además, los pobladores descartan la teoría emitida en 2023 por la Secretaría de Gobierno Federal, que atribuyó la contaminación a una fábrica cercana, supuestamente responsable de arrojar desechos tóxicos. Los habitantes refutan esta versión, pues aseguran que en la zona no existe ninguna fábrica en operación que pudiera haber provocado el desastre, y además existen estudios hechos por un laboratorio certificado los cuales arrojaron que se trata de gasolina comercial, lo que refuerza las sospechas de los pobladores y las autoridades locales.
Desde el siniestro los afectados han emitido oficios dirigidos a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, y a las instancias federales exigiendo atención y soluciones concretas. Sin embargo, hasta el momento no han recibido respuesta, lo que ha generado indignación y desesperación en las comunidades afectadas.
” Estamos careciendo de ese líquido tan preciado, hay personas que tienen para comprar agua, pero también quien no tiene esa posibilidad. Tenemos que comprar pipas para podernos bañar, y consumir, este es un pueblito que vive del campo y no hay forma de tener medios económicos para comprar agua todo el año “
” Nosotros estamos solicitando apoyo de las autoridades para que nos auxilien, ya sea un pozo o una planta tratadora, no tenemos otro medio de agua. Las personas se han enfermado de la piel por bañarse con el agua contaminada, se han muerto animales por deshidratación, no podemos hacer nada. El llamado es para nuestras autoridades y que nos ayuden con el agua”, señaló Cipriano Martínez vecino de la comunidad de la Goleta afectada por la contaminación de su pozo.
En dos años los daños colaterales se hacen presentes, pues además de la contaminación de manantiales y canales de riego, hoy se sufre de desabasto de agua potable; pérdida de flora y fauna; afectaciones en cultivos y producción agrícola; falta de agua para consumo animal y producción ganadera; animales muertos, además de casos de personas enfermas por intoxicación, padecimientos gastrointestinales y enfermedades de la piel.
” Esto va más allá de un problema ambiental: además del impacto en la flora y fauna, trabajadores del campo se verán gravemente afectados, ya que sus canales de riego dependen del agua de Mexicaltongo. Lo mismo ocurre con los ganaderos, quienes no pueden suministrar agua contaminada a su ganado, afectando directamente su producción y sustento”, enfatizó Berni Sánchez vecino afectado.
A pesar de la magnitud del desastre, ni las autoridades estatales ni federales han dado una solución efectiva. Por ello, los pobladores han solicitado una mesa de trabajo con la presidenta Claudia Sheinbaum para exigir acciones urgentes de saneamiento en la llamada “Zona Cero”.
Los habitantes advierten que, de no subsanarse la zona, la contaminación podría extenderse hasta el río Pánuco, en Tula, Hidalgo, agravando aún más el impacto ambiental y afectando a más comunidades; mientras que, en el peor de los escenarios, una explosión en el punto cero que podría desencadenarse en un radio de hasta 5 kilómetros, poniendo en peligro la vida de cientos de personas.
Autoridades municipales rebasadas ante la crisis
El presidente municipal de Jilotepec, Rodolfo Noguez, ha señalado que los han dejado solos en la emergencia, y hoy solo personal de Protección Civil y la Policía Municipal resguardan la zona afectada.
El pasado 31 de enero, el edil junto con pobladores acordaron bloquear el paso de las calderas de Pemex por el municipio. Esta vía es una ruta clave para el traslado de la paraestatal, por lo que esperan que la medida presione a las autoridades federales a tomar cartas en el asunto.















