Opinión y Análisis por Dr. Arturo D. Argente Villarreal
El hombre que amaba a los perros es la obra más reciente del escritor cubano Leonardo Padura y entrelaza su relato, basándose en una rica y profunda investigación histórica sobre el revolucionario ruso León Trotsky y su asesino, el comunista catalán Ramón Mercader. Leon Trotsky era un político, militar y revolucionario ruso de origen judío, quien junto a Lenin lideró la llamada Revolución Rusa. Trotsky fue expulsado por Stalin de la Unión Soviética en 1929, comienza un viaje que lo lleva por varios países, Turquía, Francia, Noruega, hasta finalmente llegar a México. Donde es recibido por Frida Kahlo y Diego Rivera.
Mercader es un hombre misterioso que padece una extraña enfermedad. Mantiene una estancia en Cuba desde finales de los años 60 del siglo XX, cuando salió de Unión Soviética. Se hace acompañar en sus visitas a la playa de dos galgos rusos, y un afroamericano que le sirve de chofer. Usando un seudónimo, Mercader le revela al cubano mucho de su vida, pero como si estuviera hablando de un tercero y no de él mismo. Así, en la novela de Padura, se presenta inicialmente a Mercader como un soldado comprometido con el comunismo, que combate en las filas republicanas en la Guerra Civil española, reclutado por los servicios de inteligencia soviéticos. El futuro asesino de Trotsky aparece en estas páginas como un ser pensante y hasta cierto grado capaz de mantener criterios independientes. Mercader fue enviado a la Unión Soviética para ser entrenado en los servicios de inteligencia, Allí es obligado, entre otras tareas, a ejecutar a cuchillazos a un pobre hombre vestido con harapos al que sus entrenadores describen como un «perro trotskista» enemigo del pueblo.
Actualmente Cuba ha cumplido 66 años de una revolución que empeora cada año, tan envejecida que ya ni siquiera su poderoso aparato de propaganda puede disimular el inexistente entusiasmo de un pueblo sin futuro. El sentimiento general en Cuba hoy es la desesperanza. La encuesta del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), que certificó el sentimiento que se vive en las calles. A la pregunta de cuál es el modelo favorito para salir del laberinto nacional, el 53% de los encuestados apostó por el modelo de EEUU, el 21% por el modelo español/europeo y sólo el 3% lo hizo por el cubano. Tampoco le fue bien al modelo chino (5%) ni al ruso (3%). Las posibles nuevas sanciones de Washington, con el cubanoamericano Marco Rubio al frente del Departamento de Estado, complicarían aún más la situación para esta dolida población.
El hombre que amaba a los perros describe a un estado totalitario y dogmático, donde se castiga la disidencia, y se sospecha de todo con celo y severidad. La historia del asesinato de Trotsky es relatada para reflexionar sobre la perversión de la gran utopía de la Revolución cubana en el que muchos presumen en nuestro país pero que en la isla ha invirtieron sus esperanzas y tantos han perdido sueños, años, sangre y vida.