Andar en bicicleta suele traer muchos beneficios a la salud. Sin embargo, cuando esa bici se deplaza por Áreas Metropolitanas como la de Puebla, donde la infraestructura y, en especial, la cultura de movilidad dejan mucho que desear, hay veces en las que, en vez de ser aportar a la salud, puede terminar siendo hasta letal.
El lunes, 2 de diciembre, Meliton, de 54 años, un recolector de PET sordomudo, cuya pasión era salir todos los días en bicicleta, fue arrollado por una unidad de carga del Sistema Estatal DIF, en la intersección de la 44 Poniente con el Boulevard 5 de Mayo. Su familia se enteró del deceso, gracias a la radio y, junto con miembros de colectivos por derechos de los ciclistas, fueron a identificar el cuerpo a la SEMEFO.
3 días después, el 5 de diciembre, dichos colectivos organizaron la colocación de su bicicleta blanca, un monumento que conmemora su vida y pasión por dicho medio de transporte, así como la de muchos otros usuarios, que también han perecido en esta ciudad, como consecuencia de un accidente vial. La cita fue a las 18 horas, en el Parque del Carmen, con destino al lugar del siniestro.
Miembros y no miembros de colectivos ciclistas conforman la Masa Crítica de Puebla, un fenómeno social que ocurre en diferentes partes del mundo, cuyo objetivo, al igual que en el resto de lugares, es introducir la movilidad sostenible al debate público y mejorar la seguridad de los usuarios que, como Meliton, afrontan diferentes dificultades todos los días, sólo por usar un vehículo no motorizado.
Para la mala fortuna de Lucas Venegas, un bici mensajero más de la ciudad, el día comenzó antes, cuando al pedirle a un automovilista que se retirara de la ciclovía de la 23 Poniente, casi esquina con la 33 Sur, fue atacado a golpes por el conductor, quien según testimonios, se encontraba en estado de ebriedad.
“…le dije ‘Oye, es ciclovía’, (…) este sujeto comenzó a ponerse muy violento, me arrebató la bici, la aventó, me golpea en las costillas, me empezó a pegar. (…) Realmente, yo no quería confrontarlo, físicamente” Para fortuna de Lucas, salió ileso de este ataque y sólo con el mal trago de usar la bicicleta y pedir respeto hacia uno de los pocos carriles que existen exclusivamente para dichos usuarios. No conforme con haberlo atacado una vez, Lucas relató cómo el conductor terminó la “faena”. “(…) Cuando acelera, me avienta el coche encima, para intentar atropellarme”.
Una opción sencilla sería contactar a las autoridades y denunciar este tipo de incidentes. Aunque, muchas veces, esto, en vez de ayudar, puede ser contraproducente. Cecilia Espinoza, ingeniera mecánica y empresaria, también fue víctima de un percance vial, hace un mes, el 5 de novimebre, en la ciclovía de la 4 Poniente, otro carril para movilidad alternativa que, constantemente, es bloqueado por vehículos, en el que las autoridades, en vez de ayudarle, estuvieron a punto de aprehenderla.
“Cuando llegan tránsito y las personas afectadas, me empezaron a decir que si yo era una persona drogada, que si yo robaba autopartes, que si yo era una ladrona. (…) Me hicieron sentir que soy una delincuente (…), me sentí muy ansiosa (…), por el simple hecho de que me empezaron a tachar como cualquier persona, que yo andaba haciendo otras cosas que ni siquiera tenían que ver con el hecho”
De éstos, hay más incidentes contados y no contados que abundan en la Zona Metropolitana de Puebla y que, muchas veces, no tendrán el mismo eco que los casos de Lucas o de Ceci.