#OpiniónYAnálisis por #MarthaNava
Martha Nava
Hoy, la imagen pública de una marca no se construye únicamente con eslóganes pegajosos ni repeticiones constantes. Y es que, el principal campo de batalla está en la atención del usuario, un recurso tan escaso como valioso. No importa cuántos anuncios se lancen al día si el contenido detrás de ellos no logra conectar, no sirve de nada. De hecho, según un reciente estudio global de TikTok en colaboración con System 1, la saturación de mensajes publicitarios sin diferenciación lleva directamente a un fenómeno tan peligroso como silencioso: la fatiga creativa.
Este cansancio del espectador frente a la publicidad repetitiva significa que los anuncios se vuelven invisibles y a su vez erosiona lentamente el valor de marca. Las campañas que intentan sobresalir únicamente por volumen terminan perdiéndose en un mar de mensajes vacíos que el usuario ignora de forma casi automática, y es que quién de nosotros no se ha perdido horas en el “scrolling” de la pantalla descartando contenido casi de manera automática. Por eso, ante ese panorama, la verdadera diferenciación se vuelve urgente.
Así, esos segundos para despertar interés, provocar emoción o, al menos, evitar que el dedo del usuario pase al siguiente video son oro. Esto no es un capricho del algoritmo, sino un reflejo claro de la forma en que consumimos información hoy: rápido, fragmentado y emocional.
El estudio que comparte TikTok es muy interesante, señala que los anuncios más exitosos son aquellos que rompen con lo esperado, que narran historias auténticas, que juegan con nuevas estructuras narrativas y que logran generar emociones genuinas, especialmente la felicidad y la sorpresa. Esta combinación genera un incremento del 15 % de la interacción de los usuarios, recordemos que el valor emocional es importantísimo al momento de crear una estrategia integral de imagen pública, porque queremos que nuestro nicho de mercado nos asocie con emociones positivas. Ahora, la narrativa emocional además de entretener, potencia el recuerdo publicitario, multiplica la notoriedad de marca e incrementa las asociaciones positivas que los consumidores hacen con ella.
En ese sentido, la imagen pública deja de ser un concepto meramente visual o discursivo y se convierte en una experiencia emocional constante. Ya no se trata de diseñar la marca perfecta sino de generar vínculos reales con quienes están del otro lado de la pantalla. Una marca reconocible en los primeros dos segundos, sí, porque sólo tenemos la atención del usuario por dos segundos y por eso valen oro, tiene un 57 % más de posibilidades de generar emociones positivas y así reducir la pérdida de atención en un 19 %. Y si además, se mantiene visible y coherente en su identidad, la preferencia por ella se eleva en un 25 %. Esto no son suposiciones ni teorías, son datos medibles que confirman que la creatividad estratégica es la única vía sostenible para posicionar la imagen de una marca.
Al final, la lección que este estudio ofrece a las marcas no es simplemente que deban hacer más videos en TikTok, sino que deben hacerlo con intención y agregar siempre valor emocional al contenido que generan, uno que conecte con la audiencia a la que le quiere hablar. La imagen pública se fortalece con relevancia y autenticidad, y las marcas que se atreven a romper moldes, a escuchar al usuario, a experimentar y a narrar desde lo emocional tienen hoy una ventaja invaluable, porque no siempre más es mejor. Y es que, en la era de la economía de la atención, no gana quien más grita, sino quien mejor conecta
